Transformación y uso del
dióxido de carbono:
La captura y almacenamiento subterráneo de
dióxido de carbono todavía tiene que ser probado como una alternativa
comercialmente viable, incluso a escala de tan sólo una gran central. Nuevas
tecnologías que convierten CO2 indeseado en productos comercializables pueden
corregir tanto los inconvenientes económicos como energéticos de las
estrategias contra el cambio climático. Una de las líneas más prometedoras es
el uso de una bacteria fotosintética, fruto de la ingeniería biológica, que
transforma CO2 en combustibles líquidos o químicos. Se espera que sistemas
individuales alcancen cientos de hectáreas en dos años. Siendo de 10 a 100
veces más productivo por unidad de terreno, estos sistemas solventan una de las
principales limitaciones ambientales de los combustibles biológicos, desde la
agricultura a la alimentación de ganado y podría proveer de combustibles bajos
en carbono para automóviles, aviación y otros grandes consumidores de
combustible líquido.
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